La verdad detrás de los cuentos de hadas: Pinocho

Hace mucho tiempo que no cuelgo una entrada de este tipo, por lo que hoy os traigo la verdadera historia detrás del clásico cuento de Pinocho. Como la mayoría de historias que han ido pasando por este apartado, la de la marioneta de madera no se queda atrás y su trama original dista bastante de la que Disney nos contó. 
La versión original del cuento de Pinocho nos llega de parte de Carlo Collodi, literato nacido en Florencia en el año 1826 que publicó a lo largo de su vida varios cuentos e historietas, pero la que le hizo popularmente famoso fue la que nos ocupa en esta entrada. 
La primera y brutal diferencia que encontramos con esta versión original de Pinocho es que el pobrecito no llegó a convertirse nunca en un niño de verdad. Ese bonito final fue incluido en versiones posteriores del cuento. En la obra de Collodi, se presenta a Pinocho como una marioneta a la que le encanta acometer travesuras, como por ejemplo arrancar de un mordisco la zarpa de un gatito o aplastar a la voz de su conciencia, Pepito Grillo, con un martillo. Como podéis ver, de adorable nada de nada. Pero lo peor viene ahora. ¿Adivináis cuál fue el destino de Pinocho? Pues la pobre marioneta, debido a todas y cada una de sus peligrosas travesuras, fue ahorcada en un árbol por el Zorro y el Gato. ¡Un castigo un tanto severo creo yo!


Pero ahí no queda la cosa, ya que a lo largo del librito se suceden otros episodios igual o más tétricos todavía. Uno de los que más impresión me ha causado es en el que Pinocho, en su afán por huir de unos captores, vislumbra al final de un páramo una casa blanca. La marioneta corre hasta ella y tras dos horas de carrera, llama a la puerta, pero nadie le abre. Desesperado, empieza a dar patadas y cabezazos contra ella hasta que de repente una voz de mujer le habla diciéndole que en esa casa no puede quedarse porque todos están muertos. Cuando Pinocho se asoma a la ventana para descubrir la identidad de la persona que ha dicho eso, encuentra a una mujer de piel blanca, sin labios y cabellos azules, o lo que es lo mismo, un espíritu. Pinocho le pregunta a la mujer qué está haciendo en la ventana si esta muerta y la mujer le responde... "estoy esperando mi ataúd". 

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