La verdad detrás de los cuentos de hadas: Blancanieves

Hacía mucho que no subía una entrada de este tipo y me he dicho, venga, hoy es el día. Siguiendo la tradición, hoy os traigo la verdad oculta detrás de otro cuento de nuestra infancia por excelencia. Se trata de 'Blancanieves y los siete enanitos', historia de la que se han hecho múltiples versiones a cada cuál más diferente y disparatada. Empecemos por donde suelen empezar todas las historias, es decir, por el principio. 
El primer referente de Blancanieves que encontramos en la historia de la literatura, apareció allá por el siglo XVI en pleno Renacimiento italiano. El libro en cuestión recibe el nombre de ' Pentamerone o Lo cunto de li cunti overo lo trattenemiento de peccerille' y fue escrito por Giambattista Basile. En este libro cuya traducción no he sido capaz de sacar, se nos cuenta la historia de una niña llamada Lisa que a la edad de siete años se clava un peine mágico y cae al suelo inconsciente, hecho que hace que su familia la de por muerta y decida enterrarla en un ataúd de cristal. Los años pasan y la niña, todavía metida en el ataúd, se va convirtiendo en una joven muy bella. Es en este punto de la historia en el que aparece la mala, representada en este caso por una prima de Lisa que, corrompida por los celos, decide romper el ataúd para matarla, con la mala suerte de que en uno de sus movimientos, le quita el peine mágico de la cabeza consiguiendo que la joven despierte del coma. Hasta ahí una de las primeras versiones que se conocen y la más light, todo hay que decirlo. Luego llegaron los Hermanos Grimm y se les fue la cabeza



En la versión de los Hermanos Grimm, la más extendida entre la cultura popular, la prima malvada se transforma en la reina malvada que le pide a un cazador que mate a Blancanieves y que le traiga su corazón para confirmar su muerte. Esa parte de la historia nos la sabemos: el cazador, al ver a a la niña, tan frágil e inocente se apiada de su vida y engaña a la reina llevándole el corazón de un animal. ¡Aquí empieza lo macabro! La reina se come el corazón y las entrañas del animal pensando que son las de Blancanieves, así de buena mañana. En el cuento, también aparece la manzana envenenada y por supuesto los enanos, que encuentran el cuerpo inerte de Blancanieves en el campo y deciden colocarla en un ataúd de cristal. ¡Atención, que ahora viene lo raro! El príncipe, al ver el cadáver de Blancanieves, se lo lleva consigo. En este punto de la historia se acepta cualquier tipo de interpretación, pero debo decir que las que se me ocurren a mí son bastante tétricas y perturbadoras. Según el cuento, con el rote del caballo, Blancanieves escupe la manzana envenenada y le cuenta toda la historia al príncipe que, ni corto ni perezoso opta por tomarse la justicia por su mano y castigar a la reina. El señorito manda crear unos zapatos de hierro que calienta al fuego y ordena a la reina a ponérselos y a bailar con ellos hasta que muera abrasada y entre terribles sufrimientos. Vale que la reina era mala pero, jolín, no sé quién es peor llegados a este punto...¡Menudas moralejas debían aprender los niños siglos atrás!



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