Reseña de 'El príncipe de la niebla', de Carlos Ruiz Zafón

Mi historia con esta novela viene de lejos. Podría decirse que la primera vez que escuché hablar de 'El príncipe de la niebla' fue durante mi paso por el instituto. Recuerdo que el profesor de lengua de la clase contigua se lo mandó leer a la clase (y en cambio mi profesor o profesora del momento, no lo recuerdo, nos torturó con la lectura de 'El camino). Cuando terminaron de leer 'El príncipe de la niebla', los alumnos de la otra clase literalmente, nunca mejor dicho, fliparon. Y hoy, más de diez años después, yo puedo decir que también he flipado. 
Yo ya había leído 'La sombra del viento' y sabía que la manera de escribir de Zafón era maravillosa (creo que es uno de los mejores escritores de este país), pero no esperaba que la historia de la novela me fuera a enganchar tanto desde el principio hasta el final. 

El argumento de 'El príncipe de la niebla' nos traslada a un pueblo costero en el año 1943. Conocemos a los Carver, una familia que se traslada a vivir a una casa repleta de misterios y enigmas. En este nuevo hogar todavía se respira la presencia del pequeño Jacob, el hijo de los antiguos inquilinos, que murió ahogado en el mar. La cosa se complica cuando aparece un malvado personaje del pasado, el llamado 'El príncipe de la niebla', un ser de otro mundo con oscuras intenciones que es capaz de conceder cualquier deseo pero pagando un alto precio. 


Partimos de la base de que el ambiente y la atmósfera de la novela me encantan: ese pueblo costero, rodeado de acantilados y mar... es que es mi debilidad. Le da a la novela ese aire de oscuridad que necesita para ser perfecta. Si el pueblo hubiese sido soleado y con luz el resultado no habría sido el mismo ni de broma. 
Por otra parte, el gran acierto de 'El príncipe de la niebla' es la conjunción de géneros. Por un lado parece que estamos ante una historia de suspense, pero después Zafón da un giro y nos mete elementos fantásticos, románticos y de terror. Sí, terror, al menos para mí, porque no hay nada que me de más miedo que un payaso y... ya no puedo decir más sin desvelar parte de la trama. 
La cadencia de la novela se mantiene de principio a fin y la resolución de la misma te deja con ganas de más. De hecho, acabo de descubrir que 'El príncipe de la niebla' es la primera entrega de una trilogía así que no tardaré en hacerme con ella. 
¡Y qué decir de los personajes! Es que están tan bien trazados, tan bien definidos... El personaje principal, Max, es simplemente adorable y si pudiera regresar a la edad de 13 años me encantaría tener un amigo como él. Lo mismo sucede con Alicia, su hermana y el valiente y misterioso Roland. ¡Ojalá hubiera pertenecido yo a esa pandilla!
'El príncipe de la niebla' os va a gustar si sois amantes de las novelas protagonizadas por niños. A mí en particular me ha gustado también por eso, porque el enfoque de la misma se ve distinto a través de la inocencia propia de los niños. Se lee además muy rápido, en gran medida porque engancha desde los primeros capítulos y como digo, en algún que otro momento, las palabras de Zafón, la forma en la que describe ciertos entornos, llega a dar miedo. 
Si no habéis leído 'El príncipe de la niebla', ¿a qué estáis esperando?


Veredicto

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